Si eres docente y te apasiona ir más allá de la pizarra o de la pantalla, debes ser consciente de que una buena idea de innovación necesita una estructura sólida para demostrar su valor. Aquí es donde una metodología PICO se convierte en una gran aliada.
PICO es una metodología basada en la evidencia, para comprobar que se cumplen los objetivos planteados. No propongas ni ejecutes tu proyecto de innovación a ciegas. Usar PICO puede proporcionarte un marco riguroso, siguiendo un método más científico, para diseñar, ejecutar y, lo más importante, medir el impacto de tus metodologías activas y herramientas digitales.
Pongamos un ejemplo:
Quieres implementar un proyecto de Aprendizaje-Servicio (ApS) para que estudiantes de derecho, utilizando herramientas de digitalización legal, ofrezcan asistencia y orientación a personas mayores del barrio que necesitan defender sus derechos ante trámites complejos (pensiones, herencias, dependencia, etc.). Este proyecto, que llamaremos «Clínica Legal Vecinal 2.0«, nos servirá de ejemplo para desgranar las cuatro fases de PICO:

Esta fase es crítica. Define con precisión el grupo de estudiantes al que aplicarás la intervención. En el ejemplo nos centraremos en los estudiantes de tercer o cuarto curso del Grado en Derecho, inscritos en un itinerario de Derecho Social o en una asignatura de Práctica Jurídica. Definir la población es clave para asegurar que la intervención se aplica a un grupo con los conocimientos de base necesarios. Además, este enfoque garantiza que la evaluación de los resultados sea coherente, midiendo el desarrollo de competencias prácticas en estudiantes que ya han superado la fase teórica inicial.

Aquí es donde aterriza tu innovación. La Intervención (I) es la metodología activa o la tecnología que vas a probar. Por ejemplo, en lugar de gestionar los casos solo con papel y reuniones presenciales, la intervención incluye: 1) Simulaciones de entrevistas grabadas y analizadas con realimentación entre pares; 2) Uso de plataformas de gestión de casos online para documentar y hacer seguimiento (preparando al alumno para el despacho digital); y 3) Sesiones de orientación a las personas mayores mediante herramientas de videoconferencia accesible, practicando la comunicación clara y no técnica. Haremos una afinación de dos semanas en la que los alumnos acaben dominando las herramientas de gestión documental y simulación, antes de que en las 4-6 semanas de experimentación ejecuten la interacción real con los vecinos.

La fase de Comparación (C) es la que dota de rigor a tu proyecto. ¿Cómo sabrás si tu intervención ha sido mejor que el método tradicional? Necesitas un grupo de control. El grupo de control podría ser otro subgrupo de la misma asignatura que trabaja los mismos tipos de casos (ej. alegaciones sobre dependencia), pero bajo un modelo de resolución tradicional: solo análisis documental, sin interacción real con usuarios, ni uso de software de gestión, entregando únicamente un informe escrito al profesor tras interacciones en clase. Esta comparación nos permitirá aislar el efecto de la metodología activa (ApS y digitalización) frente al aprendizaje teórico-práctico convencional. Es una parte complicada que hay que diseñar muy bien para no afectar en exceso a los resultados deseados en la asignatura.

Finalmente, llegamos a la Evaluación (O), donde recoges los datos que prueban el éxito de tu proyecto. El Outcome debe medir no solo el rendimiento académico (notas del proyecto final comparadas entre el grupo objetivo y el grupo control), sino también el impacto cualitativo (encuestas sobre motivación, engagement, percepción de la utilidad de la tecnología, y la satisfacción de las personas mayores que son objetivo en el ApS). En nuestro ejemplo podemos aterrizarlo en 1) Competencia Legal Práctica (evaluación ciega de los documentos finales por un profesional externo); 2) Desarrollo Ético y Habilidades Blandas (evaluación por rúbricas de las grabaciones de las entrevistas y la calidad de la comunicación no técnica); y 3) Impacto Social (encuestas de satisfacción a las personas mayores atendidas sobre la claridad y utilidad del servicio, y una encuesta a los estudiantes sobre su sentido de autoeficacia y compromiso social). Solo al cruzar estos datos probaremos si la innovación PICO forma mejores profesionales de la abogacía social.
Estructurar tu proyecto con PICO es un buen primer paso para conseguir un Proyecto extraordinario, con impacto real y mensurable, y que te sirva a tí y a tus colegas para que vuestra docencia mejore.
PD: Para escribir esta entrada, se ha partido de la exposición de la metodología PICO y de una idea inicial del ejemplo que se ha mostrado, como semilla para interactuar con la IA Generativa Gemini y recibir sugerencias sobre cómo concretar PICO en ese Proyecto de Innovación Docente. Serán muy bienvenidas sugerencias de mejora de cualquier miembro del PDI del ámbito de Derecho.



